Autor: Manuel Perales Solís
Fecha de la publicación: Mayo de 2025
Este médico sevillano, afamado especialista en radiología, ejerció en Marmolejo desde 1911 a 1931, ascediendo a su plaza, con solo 24 años, tras un concurso de méritos convocado por el Ayuntamiento en la primavera de aquel año. En la sesión extraodinaria del 16 de marzo “se leyeron las instancias, se vieron los méritos de los médicos y se eligió a José Mier de Terán Blanco, residente en Sevilla” (1). Dos años más tarde, en julio de 1913, obtenía patente por la Administración de Contribuciones de Jaén para el ejercicio de médico-cirujano con facultad para emitir recetas, fórmulas y prescripciones facultativas. Junto a él, obtenían igualmente patente, los doctores Miguel Cerrillo García del Prado, Enrique Ayala Soria, José López Morcillo y Juan Bautista Horques Fernández, director médico del Balneario (2).
La plaza de médico titular la compaginó, al menos desde 1915, con la de sanitario de la compañía de ferrocarriles “Madrid a Zaragoza y
Alicante” (la MZA) en la línea de Andalucía, según consta en el Anuario de Ferrocarriles de ese año. Durante la larga etapa en nuestra localidad, se ganó la estima de muchos marmolejeños/as, sin hacer distinción de clases ni ideas. Hay que decir que en las décadas iniciales del siglo veinte, Marmolejo era un lugar atractivo para los médicos por la masiva afluencia de agüistas durante la temporada del Balneario pues muchos de ellos, de elevado nivel económico, llegaban a la villa aquejados de diversas patologías y demandaban, por tanto, la asistencia de facultativos que, a cambio, obtenían pingües beneficios de tan nutridas clientelas. Pero junto ello, existía una numerosa población jornalera de escasos recursos económicos, así como más de un centenar de pobres declarados de “solemnidad” que en la mayoría de las ocasiones necesitaban de la Beneficencia Municipal para sus necesidades sanitarias más básicas, atendidas, habitualmente, por dos médicos titulares. De esta situación de precariedad y de falta de facultativos, se hicieron eco, en más de una ocasión, las organizaciones obreras, recurriendo a solicitar de las autoridades locales mejores servicios sanitarios para el contingente obrero. Es el caso de la carta dirigida al alcalde primoriverista Juan Luis Burlo el 18 de mayo de 1927: “Sr. Alcalde: los que suscriben, en representación de las sociedades Centro Instructivo Obrero y Ramo de la Construcción de esta localidad, exponen la presente protesta que no, por respetuosa, deja de ser todo lo enérgica que el caso requiere, y en su virtud expresa lo que sigue: Que en atención a los respetos que merece el culto e inteligente médico titular D. José María Mier de Terán, y los buenos servicios que ha prestado a esta población, y muy especialmente a las clases necesitadas, hace días nos han entregado (los afiliados) esta protesta, y reconociendo que el interés público está por encima de todo, y que a un pueblo de 6000 almas no se puede tener con un solo médico titular y en un abandono en este orden tan completo, manifestamos: Que en la premura necesaria se resuelva la provisión de la plaza hoy vacante y que se vele por los intereses confiados a esta corporación ya que así lo exige el interés general” (3). Desde las corporaciones de finales del XIX, el contrato de los médicos titulares con el Ayuntamiento obligaba a éstos a asistir durante dos años, gratuitamente, a las familias pobres (“pobres de solemnidad”) de la villa en sus enfermedades comunes y epidémicas, así como a la asistencia gratuita a la vacunación, a los nacimientos y a los abortos que ocurriesen en las mismas. El facultativo Mier de Terán, según todos los testimonios, fue un ejemplo de cumplimiento de dichas obligaciones poniendo, en muchísimas ocasiones, sus conocimientos al servicio de familias humildes de clase obrera, sin percibir por ello gratificación económica alguna.

Fuente: Foto cedida en 2005 por sus hijas Dolores, Irene y Reyes Mier de Terán Nalda.
José Mier de Terán contrajo matrimonio con la valenciana Irene Nalda Frigols, a la que conoció en Marmolejo tomando las aguas. La pareja tuvo tres hijas y un varón, José, que falleció cuando era pequeño según la noticia publicada por el periódico andujareño “Guadalquivir” el catorce de agosto de 1926. Sus virtudes profesionales trascendieron a otras localidades de nuestra comarca e incluso alguna prensa cordobesa, se hacía eco de sus visitas cuando recalaba por la ciudad de los califas:
“Ha estado unas horas en Córdoba el reputado médico de Marmolejo don José Mier de Terán, su distinguida esposa doña Irene Nalda y su monísima hija “Mariquita”, despues de haber visitado los lugares más típicos de nuestra sierra, marcharon a dicho pueblo en el tren expreso, siendo despedidos por las familias de don Pedro Gregorio Herrero y don José Carrillo Pérez, íntimos amigos” (4). Una vez se traslada a Sevilla, ejerció su especialidad, obteniendo la plaza de radiólogo auxiliar en el Hospital Antituberculoso, San Lázaro, dependiente de la Diputación Provincial, en febrero de 1935 (5). Al finalizar la contienda civil, iba a compaginar dicho puesto con el de jefe médico de la RENFE, con despacho en la estación sevillana de Plaza de Armas, desde donde favoreció a cuantas personas de la izquierda marmolejeña, represaliadas en aquella ciudad, reclamaban su ayuda. Esas actitudes solidarias, impulsadas por su amor a Marmolejo y a su condición de persona sensibilizada con el sufrimiento de los más débiles y perseguidos, le costaron sufrir una paliza en la estación de Marmolejo, a cargo de elementos de la derecha local, con motivo de un viaje realizado durante la postguerra, para visitar a su hermana Carmen, que ya era viuda del que fuera alcalde liberal del periodo de la Restauración, Lorenzo Romero García del Prado con el que había tenido dos hijos: Lorenzo y María Dolores. Anteriormente Romero estuvo casado con Alfonsa Delgado-Caballero de cuyo patrimonio tuvieron una única hija, Ana, casada con el médico José Perales Jurado y fallecida de parto en 1927. El testimonio de José Molina Rodríguez, hijo del exconcejal socialista Antonio Molina Torralbo “Maestro Corbella”, destacaba el aprecio hacia este médico solidario y comprometido: “Don José María Mier de Terán
hizo mucho pr todos los marmolejeños de izquierdas que iban a su casa en Sevilla buscando ayuda, entre ellos a los dos hijos de Ignacio Expósito Villar “Mindolo”, alcalde socialista fusilado en Jaén el 20 de junio de Don José era médico principal de la RENFE, en la estación de Plaza de Armas. Allí tenía una oficina y su consulta particular frente a la citada estación. Cuando estuvo en el pueblo antes de la República hizo mucho por los obreros. No les cobraba a pesar de las visitas que exigieran su enfermedad”. Esta entrevista fue realizada en su casa de la calle José Valero, nº 26, el ocho de mayo de 2004. La calle José Valero se encuentra en un barrio sevillano periférico a Nervión, de casitas humildes similares a las de muchos pueblos andaluces. La mayoría de ellas fueron construidas por los presos republicanos cuando cumplieron su condena en la Prisión Provincial aledaña. Entre ellos varios marmolejeños afiliados a partidos de izquierdas durante la República y Guerra Civil como el propio Antonio Molina, José Blanco Vicaria y Juan Garrido Catalán. Cuando salió en libertad, Antonio, adquirió una parcela junto a la Prisión y allí construyó su casa (6). Para aportar más datos sobre la personalidad de este honesto profesional de la medicina, cuyo recuerdo ha acabado borrándose de la memoria colectiva de los marmolejeños/as, considero interesante transcribir el testimonio escrito que me enviaron sus hijas María de los Reyes, Dolores e Irene Mier de Terán Nalda. A la fecha de este testimonio, 23 de agosto de 2005, residían en Valencia de donde fue natural su madre, Irene Nalda Frigols. La entrañable misiva describe situaciones de auténtica solidaridad y humanidad protagonizadas por don José en los años en que ejerció la medicina en Marmolejo. Dice así: “En Marmolejo mi padre era muy querido, pero se lo había ganado a pulso. Era un médico enamorado de su profesión y como tal, la ejercía. Se cuentan varias anécdotas suyas: En una ocasión una mujer estaba muy enferma y mi padre le hacía varias visitas al cabo del día. Una de las veces, la mujer le dijo: -”Don José, no venga usted tanto porque no voy a poder pagarle”. Él que era muy seco hablando, le contestó: -”Mira, vengo las veces que estime conveniente, el médico soy yo, y no te preocupes por la cuenta que te voy a poner, que va a ser la misma”. Otra vez hubo en Marmolejo una epidemia y los pobres adquirían las
medicinas a través de la Beneficencia Municipal. El alcalde le dijo: “-don José, no mande tanta medicina y tan caras que me tiene usted las
arcas vacías”. Él le contestó: “¿Qué le mando?, ¿agua del pozo?. !Y cuando esté enferma tu madre!”, le dijo al alcalde. El alcalde no le contestó. En otra ocasión había un enfermo con muy pocos medios económicos. Desde mi casa le mandaba a una mujer que teníamos para hacer los mandados, con una olla de cocido, pero sin que el enfermo supiera la procedencia del alimento. Aquel hombre preguntaba por la procedencia de su comida pero nadie sabía contestarle, hasta que un día siguieron a la mujer y vieron que entraba en la casa de mi padre. Finalmente, en cierta ocasión un hombre fue a recoger a nuestro padre con una caballería para ir al otro lado del rio, por la parte de la Centenera, pues su mujer se encontraba muy enferma. Para cruzar el río Guadalquivir, el hombre le ofreció el mulo para que lo atravesara, pero él le dijo que no: “que como no había nada más que una bestia por lo cruzarían los dos a pie” (7). José Mier de Terán falleció en marzo de 1971 en Sevilla, a los 83 años de edad, dando cuenta el diario ABC de dicha pérdida el día 7 de marzo en su página treinta y siete (8).
ANEXO FOTOGRÁFICO:

un grupo de amigos (posiblemente médicos) y de agüistas en la puerta del Hotel

Sevilla. Fuente: Foto cedida en su día por su sobrina, ya fallecida, María Dolores
Romero Mier de Terán.
Balneario. Se desconoce la identidad de la mujer que aparece junto a él, aunque no descarto que pudiera tratarse de su esposa Irene Nalda Frigols. El año de la fotografía se situaría en los años centrales de la década de los veinte. Fuente:
Carmela Casado.
Fuentes, Notas y Bibliografía:
Notas
(1) Actas Capitulares del Ayuntamiento de Marmolejo, sesión extraordinaria de 16 de marzo de 1911. Folio 25. Archivo Ayuntamiento de Marmolejo.
(2) Boletín Oficial de la Provincia de Jaén, de fecha 19 de agosto de 1913. Diputación Provincial de Jaén: colección histórica.
(3) Escrito del Centro Instructivo Obrero dirigido al alcalde de Marmolejo. Estaba firmado por Ignacio Expósito (Presidente), Antonio García Martínez (Secretario), José Cano (Presidente del Ramo de la Construcción de UGT) y Antonio Ruiz Cañuelo (Secretario de dicho ramo). Archivo Municipal del Ayuntamiento de Marmolejo.
(4) Noticia publicada por el diario “La Voz” de Córdoba en el número 1.747, de 19 de noviembre de 1924. Tanto Pedro Gregorio Herrero como José Carrillo Pérez fueron dos importantes comerciantes y empresarios cordobeses que ocuparon puestos representativos en las organizaciones empresariales de la ciudad, en concreto José Carrillo Pérez llegó a ocupar, durante seis meses, entre junio y diciembre de 917, el cargo de alcalde de Córdoba por mandato del político conservador José Sánchez Guerra. Fue elegido en 1922 presidente de la Confederación Gremial de Córdoba y lo fue también de la Confederación Gremial de España. De ambos personajes hay noticias en la prensa cordobesa de sus visitas a Marmolejo para tomar las aguas minero-medicinales, quizás probable motivo de la amistad con el médico Mier de Terán.
(5) La relación de aspìrantes a plazas de médicos radiólogos para los Dispensarios antituberculosos, salieron publicadas en la Gaceta de Madrid, nº 147, de 27 de mayo de 1935). El diario “El Liberal” de Sevilla, publicaba el 21 de febrero de 1935, la obtención de dicha plaza por José Mier de Terán.
(6) Testimonio oral de Antonio Molina Rodríguez, ya fallecido, recabado en mayo de 2004.
(7) Testimonio escrito de las hijas de José Mier de Terán, de fecha 23 de agosto de 2005.
(8) Familiares relacionados con José Mier de Terán Blanco: Lorenzo Romero Mier de Terán: Hijo del que fuera alcalde del partido Liberal, Lorenzo Romero García del Prado, de su segundo matrimonio con Carmen Mier de Terán Blanco, hermana del médico José Mier de Terán. Lorenzo residió en Sevilla desde muy joven por motivos laborales. Falleció en aquella ciudad en octubre de 1999. El día 15 de dicho mes se
oficiaba un misa de requiem en la Iglesia de San Antonio Abad de Sevilla, dada su condición de hermano de la hermandad del Silencio. (Fuente: Diario ABC de Sevilla de 15 de octubre de 1999). Su hermana Dolores Romero Mier de Terán, nació en Marmolejo y residió en la calle Suárez (hoy Útica), hasta su fallecimiento.
Otras Fuentes y Bibliografía:
-”Diario Córdoba”, de 3 de octubre de 1924.
-”El Defensor de Córdoba”. diario católico, de 24 de noviembre de 1919.
-Anuario de Ferrocarriles de 1915: Compañía de Ferrocarriles “Madrid a Zaragoza y Alicante. Servicios Sanitarios.
-Periódico “El Guadalquivir” de fecha 14 de agosto de 1926. Instituto de Estudios Jiennenses.
-Perales Solís, Manuel. “La villa de Marmolejo en el reinado de Alfonso XIII”. Edita el autor, año 2002. Imprenta Reca.
-Perales Solís, Manuel: “La Memoria Rescatada”. Edita el autor. Imprenta Unigraf de Villa del Río; año 2007.